Estoy segura de que te voy a sorprender con este gazpacho con fresas y anchoas. Puede parecerte una combinación un tanto extraña pero te aseguro que está espectacular, y te lo dice una a la que el gazpacho no le gustaba. La base de esta receta es el gazpacho tradicional al que le añadimos unas fresas de las buenas, en mi caso fresas de Huelva. Para acompañar preparamos un picadillo a base de pepino, cebolla tierna, pimiento verde, fresas y anchoas. Lo servimos bien frío de la nevera y el picadillo a parte para que cada comensal se ponga la cantidad que quiera. Una receta refrescante, saludable y sencilla, perfecta para salir de la rutina y probar sabores nuevos.
Truquitos que te van a ayudar cuando prepares gazpacho con fresas y anchoas
El gazpacho con fresas y anchoas puede parecer una combinación atrevida, pero cuando se hace bien, el resultado es un plato muy sabroso y original. Porque sí, esta receta sorprende… ¡pero también conquista!
Escoge las mejores fresas
Para conseguir un equilibrio de sabores, lo ideal es usar fresas bien maduras, que estén dulces y sean jugosas. Como comenté antes yo he usado fresas de Huelva pero si no encuentras puedes usar otra variedad de calidad. Lo importante es que no uses fresas verdes ni ácidas, ya que éstas pueden desequilibrar el resultado.
Acierta con la elección del tomate
Con la elección del tomate pasa un poco lo mismo, han de estar bien maduros. Tanto el tomate en rama como el tomate pera son perfectos para preparar este gazpacho con fresas y anchoas. Es la misma variedad de tomate que uso cuando hago salmorejo. Ambos tienen mucho jugo y un sabor suave que no compite con las fresas. Cuanto más maduros estén, mejor se integrarán en la mezcla y más sabroso quedará el gazpacho.
Marca la diferencia al escoger las anchoas
Aquí sí que vas a notar la diferencia si usas anchoas de buena calidad, preferiblemente del Cantábrico y en aceite de oliva. No hace falta que sean las más caras, pero evita las más saladas o muy procesadas, porque pueden tapar el resto de sabores. Una o dos anchoas bien elegidas dan un toque espectacular sin pasarse.
¿No queda muy raro mezclar dulce y salado?
Precisamente es lo que más llama la atención de esta receta, ¡y cuando lo pruebas descubres que funciona!
El dulzor natural de las fresas se equilibra con el punto salado de las anchoas, sabores distintos que se realzan entre sí. Puede parecer una combinación extraña al principio pero si te gusta el queso con membrillo o el melón con jamón, esta mezcla también lo hará.
Déjalo preparado con antelación
Lo bueno de este gazpacho con fresas y anchoas es que mejora si lo dejas reposar en la nevera unas horas.
Lo puedes preparar por la mañana y servirlo a la hora de comer bien frío. Y si te sobra no te preocupes, puedes comerlo al día siguiente y estará igualmente bueno.
Lo único que debes tener en cuenta es dejar el picadillo a parte, para que las verduras no se reblandezcan y las anchoas suelten demasiado sabor en la mezcla.
Textura ideal
El gazpacho con fresas y anchoas queda mejor si es ligero pero no completamente líquido, como una crema fresquita.
Puedes ajustar la textura al gusto: si lo quieres más suave, añade un poco de agua fría al triturar; si lo prefieres más denso, añade más tomate y una pizca más de pan.
Lo importante es que se pueda tomar fácilmente con cuchara o incluso beber en vaso si lo sirves como aperitivo.
Ahora que ya conoces todos los truquillos para preparar un rico gazpacho con fresas y anchoas, solo te queda ponerte manos a la obra y hacerlo. Solo necesitas buenos ingredientes, un poco de mimo… ¡y ganas de probar algo distinto!
¡Buen provecho, familia!
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