RECETAS CON SAZÓN

Pollo a la Parmesana: Receta fácil, rápida y sabrosa

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Susanna Brullet

Pollo a la parmesana

El pollo a la parmesana es una muestra de que para disfrutar de una buena comida no hacen falta largas horas en la cocina. Es sencillo de hacer y está repleto de sabor, ideal para quienes buscan resultados excelentes en poco tiempo. Este plato ofrece un equilibrio perfecto: una capa exterior crujiente, un interior tierno y una deliciosa combinación de queso derretido con salsa de tomate que resulta irresistible.

Pollo a la parmesana

Receta de Susanna Brullet
5.0 de 2 votos
Plato: CarnesCocina: MediterráneaDificultad: Fácil
Raciones

2

raciones
Tiempo de preparación

10

minutos
Tiempo de cocinado

35

minutos
Calorías por ración

635

kcal
Tiempo total

45

minutos

Pechuga de pollo rebozada, crujiente por fuera y jugosa por dentro, cubierta con salsa de tomate casera y mozzarella gratinada.

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Ingredientes

  • 30 gramos de pan rallado

  • 2 cucharadas soperas de queso parmesano rallado

  • 1 cucharadita de albahaca seca

  • 1 cucharadita de orégano seco

  • 1/2 cucharadita de tomillo seco

  • 1/2 cucharadita de pimienta negra molida

  • 1 cucharadita de sal

  • 2 pechugas de pollo enteras

  • 2 cucharadas soperas de aceite de oliva

  • 4 cucharadas soperas de salsa de tomate casera

  • 3 lonchas de queso mozzarella

hacer pollo a la parmesana

  • Empieza esta receta dejando preparado lo que será el rebozado. En un plato pon 30 gramos de pan rallado junto con 2 cucharadas soperas de queso parmesano rallado, 1 cucharadita de albahaca, 1 de orégano, media de tomillo, media de pimienta negra molida y 1 cucharadita de sal. Mezcla todas las especias con una cuchara.
    Pan rallado y especias
  • Pincela las pechugas de pollo por ambos lados con 2 cucharadas soperas de aceite de oliva. Con esto conseguiremos que el rebozado se impregne mejor.
    Pincelar pechuga con aceite
  • Reboza las pechugas con el preparado de especias y pan rallado y ponlas sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal. Puedes hacerlas fritas si lo prefieres pero hechas al horno tendrán menos calorías.
    Rebozar pechuga
  • Con el horno precalentado a 190ºC, hornea las pechugas entre 30-40 minutos, dependiendo de tu horno. Yo en el mío las tuve 30 minutos. Es importante no pasarse de tiempo para que no queden muy secas.
    Pollo en bandeja
  • Cuando las pechugas estén listas, sácalas del horno y añade 2 cucharadas soperas de salsa de tomate casera sobre cada pechuga y 1 loncha y media de queso mozzarella encima de cada una. Hornea de nuevo 5 minutos o hasta que se funda el queso.
    Tomate y mozzarella

Información nutricional

  • Número de raciones 2
  • Calorías: 635kcal
  • Carbohidratos: 15g
  • Proteínas: 61g
  • Grasa: 31g
  • Grasa saturada: 9g
  • Colesterol: 182mg
  • Sodio: 2032mg
  • Potasio: 1031mg
  • Fibra: 1g
  • Azúcar: 2g
  • Vitamina A: 561IU
  • Vitamina C: 4mg
  • Calcio: 336mg
  • Hierro: 3mg

Lo que debes saber antes de preparar pollo a la parmesana

En esta receta de pollo a la parmesana, te indico una serie de ingredientes que puedes personalizar según tus preferencias. Si deseas experimentar, siéntete libre de sustituirlos por aquellos que más te gusten. A medida que sigas leyendo, descubrirás consejos y sugerencias que te ayudarán a realzar aún más este plato clásico, adaptándolo a tu paladar y haciéndolo aún más delicioso.

El tipo de queso

El pollo a la parmesana se prepara con queso parmesano y queso mozzarella. Pero si te gustan los sabores más pronunciados puedes utilizar provolone. Este queso italiano se derrite bien y añade un toque ahumado al plato.

En algunas variaciones, se incorpora queso ricotta para agregar cremosidad y un sabor más ligero. 

Otra opción es el queso pecorino romano. Este queso tiene un sabor más salado y un poco más fuerte que el parmesano. Puedes usarlo como alternativa al parmesano, agregando un matiz diferente al plato.

Si tienes alguna restricción dietética, hay alternativas de quesos sin lactosa o veganos que pueden funcionar, aunque el sabor y la textura no serán exactamente los mismos.

¿Pollo fresco o pollo congelado?

Ambas opciones, pollo fresco y congelado, son perfectas para hacer el pollo a la parmesana. La elección entre uno u otro dependerá de tus preferencias.

El pollo fresco generalmente tiene un sabor más intenso y una textura más jugosa en comparación con el pollo congelado. Esto se debe a que el proceso de congelación puede afectar la estructura celular de la carne, lo que a veces resulta en una textura ligeramente más seca.

El pollo fresco tiende a cocinarse de manera más uniforme, lo que es importante cuando se trata de recetas como el pollo a la parmesana, donde se busca un equilibrio entre el exterior crujiente y el interior jugoso.

Por otro lado, usar pollo congelado puede ser una opción muy práctica, especialmente si no puedes ir al supermercado con frecuencia o si deseas tener una reserva de carne en casa. Además, el pollo congelado suele tener una vida útil más larga, lo que puede ayudarte a planificar tus comidas de la semana.

Si decides usar pollo congelado, es crucial descongelarlo correctamente para evitar problemas de seguridad alimentaria. La mejor manera de hacerlo es dejarlo en la nevera toda la noche.

Prueba a hacer el pollo a la parmesana con otras carnes

Hacer pollo a la parmesana con otras carnes como pavo o cerdo es una excelente manera de innovar y adaptar esta receta clásica. 

Cada tipo de carne aporta sus propias características y sabores.

La carne de pavo puede ser un poco más seca si se cocina en exceso, por lo que es importante estar atentos al tiempo de cocción.

Puedes usar tanto pechugas como muslos de pavo, aunque las pechugas son más comunes en esta preparación. Además, el pavo es ideal para quienes buscan una opción con menos grasa y calorías.

El cerdo es una carne con un sabor más fuerte y, dependiendo del corte que utilices, puede ser más jugoso que el pollo. 

Puedes optar por usar chuletas de cerdo o filetes, que quedan perfectas en esta receta.

Preguntas frecuentes

Puedes sustituir el pan rallado por alternativas como avena molida o almendras, y usar queso parmesano bajo en grasa.

Sí, puedes hacer el pollo a la parmesana sin gluten utilizando pan rallado sin gluten y asegurándote de que la salsa de tomate y el queso parmesano que utilices no contengan trazas de gluten.

Para darle un toque picante, puedes agregar hojuelas de chile a la mezcla de pan rallado o a la salsa de tomate. También puedes usar queso parmesano con pimienta o añadir salsa picante al final.

El pollo a la parmesana puede conservarse en la nevera por 1 día, o 2 días como máximo si lo guardas en un recipiente hermético. Asegúrate de calentarlo bien antes de consumirlo. No obstante, recuerda que al llevar rebozado, lo mejor es consumirlo en el momento.

Sí, es posible hacerlo en una parrilla, pero deberás evitar el pan rallado. En su lugar, puedes marinar el pollo con hierbas y queso parmesano, y cocinarlo a fuego medio hasta que esté dorado y bien cocido.

Para recalentar el pollo a la parmesana y mantener su textura crujiente, lo mejor es utilizar el horno a 180°C durante 10-15 minutos. También puedes usar una freidora de aire para que el empanizado recupere su crujiente.

Ideas para acompañar

Uno de los acompañamientos más clásicos para el pollo es la pasta.

Puedes elegir una ensalada de pasta con tomate, albahaca y burrata para aportar frescura al plato. Si esperas visitas, quizás prefieras servir el pollo con tagliatelle y langostinos, con los que sorprenderás por su delicioso sabor.

Otra opción es acompañar el pollo con verduras. Puedes hacerlas a la plancha o preparar brochetas de verduras con un glaseado balsámico y mostaza, para darle un toque diferente al plato.

Cada combinación aporta sabores únicos que complementan perfectamente con la esencia del pollo a la parmesana. Esto permite adaptarlo a diferentes gustos y ocasiones, sorprendiendo a los comensales con cada elección.

¡Buen provecho, familia!

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Autor
Susanna Brullet
Como hija de cocinero, desde niña disfruto entre ollas y sartenes, experimentando mientras cocino. Escribo recetas y artículos de cocina en mi blog. Y siempre trato de transmitir que cocinar puede ser fácil y divertido.
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