El aroma inconfundible que llena toda la casa al preparar unas rosquillas caseras es un recuerdo de la infancia que me trae esta receta. En mi casa solíamos juntarnos los viernes por la tarde mi madre, mis hermanos y yo para prepararlas y, cómo éramos unos cuantos en casa, solíamos hacer bastantes para toda la semana. El sabor de estas rosquillas caseras me recuerda mucho a aquellas que comía cuando era pequeña. Con un ligero aroma a anís y la cantidad justa de harina vamos a preparar una rosquillas crujientes por fuera y esponjosas por dentro, con un sabor delicioso.
Consigue unas rosquillas caseras esponjosas por dentro siguiendo estos consejos
Conseguir que las rosquillas queden esponjosas por dentro es muy sencillo. Tan solo has de tener en cuenta estos trucos cuando las prepares y conseguirás unas rosquillas caseras como las que hacía la abuela.
Evita amasar en exceso: Cuando juntes los ingredientes simplemente mézclalos hasta que queden bien integrados entre sí. Un exceso de amasado puede provocar que las rosquillas queden duras en lugar de tiernas.
Deja reposar la masa: El reposo es necesario para que la masa se relaje y se pueda manejar más fácilmente después.
Dales forma pequeña a las rosquillas: Ten en cuenta que cuando las rosquillas se fríen tienden a hincharse y cuanto más tiempo las tengas en el fuego más secas quedarán. Si les das forma pequeña en poco tiempo las tendrás fritas y quedarán súper tiernas.
Evita añadir más harina de la necesaria: La harina en exceso hace que las rosquillas queden secas y duras. Para conseguir que queden tiernas, la masa debe quedar con una consistencia ligeramente pegajosa pero que se pueda manipular. Si notas que se pega demasiado siempre puedes añadir una pizca de harina. Si la masa está en su punto y no quieres arriesgarte a que queden secas, moja ligeramente la mesa y tus manos con aceite para darles forma y poder trabajar la masa cómodamente sin que se enganche.
No frías las rosquillas en exceso: Vigila que la temperatura del aceite esté entre 170-180ºC. De esta manera se freirán bien por dentro y no quedarán demasiado tostadas por fuera ni secas.
Conserva las rosquillas caseras por más tiempo
Una vez que las rosquillas estén frías, la mejor manera de conservarlas es meterlas en un recipiente hermético, dónde no entre nada de humedad, para que duren por más días.
Otra manera de conservarlas es meterlas dentro de una caja de lata envueltas en papel vegetal.
Las rosquillas caseras puedes conservarlas a temperatura ambiente durante unos días siempre que las dejes en un lugar fresco y seco.
Si no dispones de una zona así en casa, puedes meterlas en la nevera en un recipiente bien cerrado o en bolsas herméticas y así aguantarán por más tiempo.
Anímate a probar otros dulces caseros
Hay dulces caseros que, aunque tradicionalmente se preparan en ciertas fechas del año, podemos disfrutar de ellos en cualquier momento. ¿Quién se resiste un domingo por la mañana a desayunar unas buenas torrijas o unos deliciosos buñuelos de viento?
Si prefieres un dulce casero que te sirva de postre porque vienen invitados a casa prueba a hacer un clásico arroz con leche o una crema catalana. Sabores tradicionales que conquistan a todos.
¡Buen provecho, familia!
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