El brownie de chocolate es un bizcocho pequeño típico de la gastronomía de Estados Unidos. Recibe ese nombre por el color marrón oscuro que adquiere una vez horneado. Es un bizcocho muy esponjoso y tierno con nueces en su interior que queda delicioso. Este Brownie de chocolate lo he decorado con chocolate blanco, chocolate con leche y trocitos de Kínder Bueno. Una explosión de sabores que va a encantar a los más golosos.
Consigue un brownie de chocolate esponjoso
El brownie de chocolate es un bizcocho que no sube mucho porque no lleva levadura. Lo ideal es hacerlo en un molde cuadrado o rectangular que no sea muy alto y después cortarlo en porciones.
Para conseguir un brownie esponjoso, la clave está en batir los huevos y el azúcar hasta que blanqueen y doblen su tamaño. Quedará una mezcla aireada y con burbujitas.
Cuando hornees el brownie casero, hazlo a la temperatura que marque la receta. Si pones una temperatura más alta, se cocinará por fuera y, por dentro, quedará crudo.
Para que el brownie quede jugoso debe cocinarse el tiempo justo, nunca pasarse porque quedará seco. Y cuando lo pinches con un cuchillo, éste ha de salir ligeramente manchado.
A medida que el brownie de chocolate se enfríe, quedará compacto pero manteniendo su esponjosidad.
Si te gusta el chocolate y te apetece preparar otros postres en casa, puedes probar los muffins de chocolate, una receta que queda muy esponjosa y con auténtico sabor a chocolate.
Las cookies de chocolate con cacahuetes o cookies choco velvet son otro dulce que puedes dejar preparado de antemano y congelar sin hornear. Así solo sacas las que vayas a consumir ese día y las llevas al horno. Quedarán espectaculares.
Si se acerca algún cumpleaños y buscas una tarta deliciosa y que no sea pesada, prueba la cheesecake de mango con chocolate blanco. Una tarta que no lleva azúcar y te sorprenderá lo buena que queda.
¡Buen provecho, familia!
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