La focaccia es de esos platos de la gastronomía italiana que conquista por su sabor y versatilidad. La focaccia casera es un pan esponjoso que se caracteriza por su miga suave y su corteza dorada, que se consigue con una generosa capa de aceite de oliva. Se puede decorar con distintos ingredientes y servirla sola o como acompañamiento de otros platos.
Decora la focaccia casera a tu gusto
Aunque la focaccia es originaria de Liguria, cada región de Italia tiene su propia versión, para que puedas escoger la que más te guste.
La versión más simple de focaccia casera, típica de Génova, solo lleva aceite de oliva y sal gruesa por encima.
En Bari se le añaden tomates cherry y aceitunas, además de aceite de oliva.
La focaccia italiana realmente se puede decorar con los ingredientes que más te gusten. Yo le puse cebolla morada, aceitunas negras, tomates cherry, aceite de oliva y orégano. Pero también se le puede añadir queso rallado y otras especias aromáticas como romero, tomillo o incluso hierbas provenzales.
Para hacer una variación dulce de focaccia, cómo la que se hace en Venecia, solo tienes que incorporar azúcar y frutas confitadas por encima.
Platos italianos para acompañar
Si sirves la focaccia casera como aperitivo puedes preparar una rica lasaña italiana, que te servirá de plato único.
Para reuniones con amigos una buena idea es preparar pizzas de varios sabores, como la pizza de gorgonzola y jamón o la pizza 4 estaciones.
Si prefieres algún guiso de carne puedes preparar osobuco de ternera con puré de espinacas o ragú de ternera con verduras.
Como postre una variación del clásico tiramisú, un tiramisú de cerezas cremoso y con un sabor delicioso.
¡Buen provecho, familia!
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