El solomillo al roquefort es de esas recetas que puede que la disfrutes mucho si te gusta este tipo de queso o que la detestes si no eres fanático del roquefort.
Debido a su sabor intenso y a su fuerte olor, el roquefort puede resultar desagradable para algunos. Pero si eres como yo, de los que te gustan todo tipo de quesos vas a amar esta receta.
El solomillo al roquefort es una delicia que combina la suavidad y jugosidad del solomillo con la intensidad y el carácter único del queso roquefort. Además, el solomillo al roquefort destaca por su contenido en vitaminas y minerales esenciales, como el hierro, el calcio y el fósforo, que contribuyen al fortalecimiento de huesos y músculos.
El corte de carne más usado o uno de los más conocidos que se acompaña con esta salsa es el solomillo de ternera, aunque existen otros tipos de carne que también combinan muy bien con esta salsa, por ejemplo, el lomo de cerdo, filetes de pollo o solomillo de cerdo. Este último es el tipo de carne que he usado para la receta de hoy.
Curiosidades del queso roquefort
El queso roquefort es un tipo de queso que se produce con leche cuajada de oveja y con denominación de origen desde 1925. La leche de oveja es más fuerte de sabor que la leche de vaca, aportándole así más intensidad.
Su elaboración se lleva a cabo en bodegas abiertas en las calizas de la localidad francesa Roquefort-sur-Soulzon que le da nombre a este queso, un pueblo no solo conocido por la elaboración de este sino por la atracción turística.
Allí se guarda en forma de bola durante al menos 5 meses, de manera que los meses óptimos para deleitarse con este queso son los meses de abril a octubre.
Maneras de tomar el queso roquefort
Una forma distinta de disfrutar del queso roquefort es en una tabla de quesos donde, a modo de presentación, se cortan distintos tipos de queso.
Los frutos secos son un acompañamiento perfecto en una tabla de quesos. Se puede añadir también alguna fruta como frambuesas, uvas o arándanos y si te gusta un toque dulce, corta unos trozos de membrillo y verás que contraste de sabores tan delicioso.
También se puede preparar un aliño de queso roquefort para ensaladas o hacer un relleno para tartaletas y canapés.
En la receta de hoy, con el queso roquefort se prepara una salsa ligera que se sirve caliente.
¿De dónde sale el solomillo?
El solomillo es una pieza de carne que se encuentra en la parte lumbar del animal, entre las costillas inferiores y la columna vertebral. Más concretamente, encima de los riñones y debajo del lomo bajo.
Generalmente el solomillo lo relacionamos con ternera y cerdo, porque en otros tipos de carne, como el pollo, son tan pequeños que por norma general no se despiezan.
En la cocina el solomillo se considera una pieza selecta de carne y que se puede preparar de diversas maneras. Hoy te traigo una idea de como hacerlo.
Preparación del solomillo al roquefort
Escoge una buena pieza de solomillo, a ser posible de tu carnicería de confianza. Puedes escoger una pieza de solomillo que sea ibérico. Este tipo de carne es más sabrosa y tierna por la grasa infiltrada del cerdo ibérico.
Tan solo necesitas 10 minutos para preparar un delicioso solomillo al roquefort. Si no te gusta el queso roquefort porque lo encuentras demasiado fuerte, prueba con queso gorgonzola. Este queso es más cremoso y de un sabor más suave.
Si se te acaban las ideas y buscas algún acompañamiento para el solomillo al roquefort, te dejo varias propuestas. Puedes probar con un salteado de verduras o quizás prefieras una crema de guisantes.
¡Buen provecho, familia!
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