El mojito cubano es un cóctel muy popular que ha conquistado a millones de personas por todo el mundo.
Es fácil encontrar este cóctel en la carta de bares y restaurantes donde sirven bebidas con alcohol y cócteles.
Y si no sois de ir a restaurantes, hacerlo en casa es super fácil, ya que no se necesita coctelera y se prepara en el mismo vaso donde se va a tomar.
Distintas maneras de hacer el mojito
Dependiendo del país que lo elabore, encontramos distintas variantes.
Por ejemplo, en México hacen una versión de Mojito Blanco donde el ron lo reemplazan por tequila.
En Perú encontramos versiones hechas con fruta como el Mojito de Maracuyá o el de Toronja, que lleva pomelo.
También está el de fresa, otra variante que lleva fresas trituradas y en el que se sustituye el ron por ginebra, el zumo de limón por zumo de lima y se le añade tónica. Y en vez de fresas podéis usar otro tipo de fruta como peras, frambuesas y naranjas.
Da igual la versión de mojito que escojáis que si os gusta probar cosas nuevas, seguro que os encantan.
Como se invento el mojito
Sabemos que el mojito es originario de Cuba y sobre su origen hay distintas versiones que pueden acabar en un debate acalorado.
Pero una de las teorías que parece que tiene más peso cuenta que lo inventó el pirata inglés Francis Drake en el siglo XVI.
Cuenta esta versión de la historia que hubo una epidemia de escorbuto y cólicos a bordo del barco donde viajaba el famoso Francis Drake. Buscando una cura de manera desesperada, un grupo desembarcó en Cuba y regresaron con una mezcla local de aguardiente de caña mezclado con lima, jugo de caña de azúcar y menta.
Esa mezcla tuvo su efecto, evitó la enfermedad y le pusieron el nombre de “El Draque”, siendo conocido en Cuba como el draquecito.
Se convirtió en un remedio efectivo para los marineros que se pasaban meses sin probar fruta fresca y acababan sufriendo de escorbuto, debido a la falta de vitamina C.
El resto de ingredientes de esa mezcla, eran refrescantes, digestivos y suavizaba el sabor. Con el tiempo se llegó a utilizar como remedio para combatir dolencias estomacales.
En el siglo XVIII el aguardiente fué sustituido por el ron, debido a que su producción era mucho más refinada y añeja, dando como resultado un ron de mucha mayor calidad.
Se rebautizó como mojito, un aliño cubano hecho con lima y que se usaba para aderezar platos. Al llevar también lima como ingrediente, la bebida se pedía “con un poco de mojo”, de ahí el nombre.
En 1910, en la Playa de la Concha, en Cuba el mojito, tal como lo conocemos hoy en día, fue creado por un descendiente de españoles que lo preparaba en un bar de aristócratas llamado la “Bodeguita del Medio”.
Allí, Ernest Hemingway, huyendo de la Ley Seca Norteamericana, disfrutaba libremente de beber mojitos mientras escribía o compartía mesa con grandes personalidades como Pablo Neruda, Salvador Allende, Mohammed Ali o García Márquez, entre otros.
En la actualidad, existen más de 100 formas diferentes de prepararlo.
Y con el paso de los años han surgido innumerables versiones, agregando ingredientes originales como la hierba de limón o la albahaca.
Pero la receta original permanece intacta y es así como nosotros vamos a prepararlo, siguiendo la receta original.
Estos son los ingredientes que vamos a necesitar:
Un cóctel veraniego que podéis hacer a vuestro gusto añadiendo más o menos licor, o quizás probando con zumos de fruta, y para acompañar una deliciosa fideuá.
De todas las maneras quedará delicioso y sorprenderéis a vuestros invitados.
Animaros a probar el mojito en casa, ya habéis visto lo sencillo y rápido que es de preparar.
Si lo hacéis decidme que tal os ha quedado y si os gusta mi contenido seguidme en redes sociales.
¡Buen provecho familia!