El plato de hoy es ideal para aquellas personas que llevan una dieta vegana o vegetariana. Hoy preparamos patatas viudas, una receta económica, reconfortante y muy sencilla. Solo necesitas ingredientes muy básicos para preparar este plato tan humilde y lleno de sabor.
Las patatas viudas son un plato en el que se guisan patatas con verduras. Normalmente lleva cebolla y ajos, aunque a veces se le añade también pimiento. Las verduras se sofríen con aceite de oliva y se añade pimentón. Las patatas viudas se aromatizan con hojas de laurel, se añaden las patatas chascadas y se guisan a fuego lento.
En la receta original se utilizaba agua para guisar. En la actualidad el agua se ha cambiado por caldo de pollo, de carne o de verduras. Yo he usado caldo de pollo pero aquellas personas que lleven una alimentación vegana o vegetariana pueden cambiarlo por caldo de verduras. Así quedarán unas patatas viudas enriquecidas y con más sabor.
Cómo nacen las patatas guisadas
Las patatas guisadas son una receta que nació en una época de mucha escasez y hambre.
En aquella época se preparaban guisos con los pocos alimentos que había en la despensa.
Por lo general, un alimento que nunca faltaba era la patata. Este ingrediente, al ser cultivado por ellos mismos en los campos, era fácil encontrarlo en la dispensa de cualquier hogar.
Y es que, la patata, ha tenido un papel protagonista en tiempos donde la comida escaseaba.
Uno de los guisos más frecuentes eran las patatas guisadas. Se cocinaban con agua hasta que la salsa espesase debido al almidón que soltaba la patata.
¿Por qué se llaman patatas viudas?
El ingenio con el que se preparaban platos deliciosos con pocos ingredientes es sorprendente.
En tiempo de hambre y escasez no disponían de muchos ingredientes. Y con lo que tenían en la dispensa preparaban guisos que quitaran el hambre y el frío.
Como la patata era un ingrediente del que disponían, lo utilizaban para hacer guisos. Debido a la escasez de aquel tiempo no podían añadirle nada de carne, ni chorizo ni morcilla. Y de ahí nació el nombre de patatas viudas. Por ser un guiso donde se cocinaba la patata sola.
Esta receta es muy parecida a las patatas a la riojana. La diferencia es que ésta última lleva chorizo. Pero en la preparación, ambas recetas se parecen bastante.
Qué beneficios aporta la patata
La patata es de esos alimentos que, cocinados de manera distinta, suele gustar a todos. Incluso a los más pequeños de la casa.
Guisadas, en puré o fritas, las patatas se pueden preparar de muchas maneras y son una guarnición perfecta para acompañar algunos platos.
Entre los beneficios que aporta la ingesta de patata se encuentran la vitamina B1. También conocida como tiamina, esta vitamina es la encargada de ayudar a las células del cuerpo a convertir los carbohidratos en energía.
La patata también contiene vitamina B3, que ayuda al buen funcionamiento de algunas enzimas. Y es buena para mantener saludables la piel, los nervios y el aparato digestivo. Es una vitamina presente en vegetales y en distintos tipos de carne, que debe tomarse todos los días.
La vitamina B6 o piridoxina, presente en la patata, ayuda al desarrollo del cerebro. También ayuda a que el sistema nervioso y el sistema inmunitario estén saludables.
Un dato que quizás no conocías sobre la patata
Dejar enfriar las patatas durante varias horas transforma sus azúcares en almidón resistente. Este almidón reduce a la mitad las calorías de la patata. Y también ayuda a reducir el riesgo de cáncer de colon.
La patata es un ingrediente que se sirve como guarnición en muchos platos. En cambio, en la receta de hoy es un plato principal muy completo y saciante.
Un segundo plato que le viene perfecto a las patatas viudas es el solomillo al whisky, una receta muy andaluza que está deliciosa.
No te olvides de preparar un poco de pan para mojar en la salsa. No hacerlo se debería considerar pecado.
¡Buen provecho, familia!
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